¡Ahí viene el solsticio de verano!

Éste 20 de junio se produce el solsticio que es el umbral del alma: la luz y la sombra en su punto máximo.
Astrológicamente el sol, ingresa a cáncer e inicia uno de los portales más intensos del año, por lo que te vamos a recordar recomendar un ritual de fuego para iniciar esta temporada.
El solsticio es un momento en el que la tierra se inclina lo suficiente, como para que un hemisferio reciba la mayor cantidad de Luz y el otro la menor.
Con la llegada del sol a cáncer se marca el inicio de una nueva estación en el hemisferio norte. Comenzamos con el verano por lo que tendremos el día más largo y la noche más corta del año, mientras que en el hemisferio sur comienza el invierno: la noche es más larga, y el día más breve.
El sol en cáncer:
Inicia un nuevo movimiento emocional, afectivo, y representa el entorno al hogar interno, la necesidad de cuidar, sostener, pertenecer.
Es una etapa para reconectar con nuestras raíces, historia, ancestros y emociones profundas. Cáncer es el signo del útero cósmico, del sostén interno.
Para el hemisferio norte, llega la máxima luz solar, el alma se siente expuesta, pues todo se ve, todo florece y se siente como un pico energético de vitalidad y creatividad, porque de alguna forma celebramos lo que sembramos en el equinoccio de primavera.
Es un momento de agradecer y ofrecer, por lo que es importante hacer un check- in con nosotros mismos y preguntarnos ¿qué parte de nosotros necesitamos honrar?
Para el hemisferio sur, es momento de recoger el alma, de mirar hacia adentro, de disfrutar los silencios, hacer introspección y conectar con el fuego interior.
Por ciento, es momento de reconectar con el hogar emocional, tanto físico, como simbólico y volver a tu vínculo primario: tu familia de sangre, pero también la del alma.
Celebramos también la noche de San Juan, y se trata de celebrar al elemento fuego que nos ayuda a transmutar energía.
Puedes llevar a cabo el ritual en un espacio tranquilo, y lo que vas a necesitar es:
- Una vela blanca, dorada o roja
- Papel y lápiz
- Un cuenco o recipiente resistente al fuego
- Un incienso
Enciende tu incienso, agradece lo bueno, lo malo, todo lo que estés atravesando. Toma el papel y escribe todo lo que estás dispuesta a dejar atrás: los miedos que ya no te representan los vínculos que te drenan, así como los hábitos que pueden apagar tu luz y sobretodo esas palabras o pensamientos que ya no quieres repetir. Esto es un acto de entrega en el que tienes que dejar que la magia suceda, necesitas la mayor sinceridad posible.
Enciende el fuego, mira su llama un momento y visualízala como si fuera tu luz interior en medio de la oscuridad. Coloca el papel en el cuenco, y qué malo con intención, con respeto y con decisión, y mientras arde vas a repetir Irene voz alta, de preferencia:
“Abrazo a la oscuridad para renacer con más luz. Dejo oír lo que ya no soy. Enciendo el fuego que me guía desde adentro”
Ahora vas a dar paso a la visualización y con tu vela encendida, vas a cerrar los ojos y visualiza una chispa de luz dorada en el centro de tu pecho. Esa luz es tuya que nace de ti, contémplala por unos minutos.
Y cuando estés lista, abrirás los ojos y escribes una frase que resuma tu nueva intención:
El hijo renacer con conciencia, mi fuego interno, guía mi camino, soy Luz, que se expande desde la sombra.
Por último, te recomendamos dejar consumir esta vela y agradece al sol, al fuego, y al verano, este nuevo nuevo ciclo.