La mezclilla y sus 150 años de historia

La tela de mezclilla como la conocemos tiene su origen en Nimes, Francia, donde era utilizada como textil para proteger espacios de la suciedad. Pocos años después, con la migración de las colonias europeas a América, cruzó el charco y se catapultó su uso de manera exponencial.
Sin embargo, su patente y producción en gran volumen como la conocemos hoy, tiene otro origen gracias a el sastre Löb Strauß o en español Loeb Strauss conocido como “Levi” nacido en Baviera, Alemania el 26 de febrero de 1829 en el seno de una familia judía.

Levi Strauss decide emigrar a América en 1847, dos años después de fallecer su padre e ir en busca del “sueño americano”, pues en Alemania las cosas no marchaban nada bien. Llega al puerto de Nueva York y con sus hermanos mayores funda una tienda de productos textiles llamada “J. Strauss Brother & Co”.
En 1853 “Levi” consigue la ciudadanía norteamericana y se separa de sus hermanos para dirigirse a San Francisco, aprovechando “la fiebre del oro” y vender sus textiles, ya que muchos habitantes del país e inmigrantes se dirigían hacia Coloma, Sacramento, San Francisco y Monterey, con la intención de hacer fortuna encontrando oro.

En 1863 el negocio cambia de nombre a “Levi Strauss & Co. y comienza a importar telas, ropa interior, paraguas y pañuelos para abastecer a los pequeños negocios que surgían.
En ese mismo año identificó una necesidad de los mineros, quienes requerían una prenda resistente al trabajo. Dando origen a los primeros over alls (overoles) elaborados en “denim” color marrón, un tejido de algodón muy fuerte, pero a la vez confortable y funcional.

Tras agotar las existencias de esta tela, decidió reemplazarla por un “denim” teñido de azul.
Uno de sus clientes, un sastre que le compraba rollos de tela llamado Jacob Davis, cansado de comprar tela para remendar los pantalones rotos, pensó en reforzarlos con remaches de cobre en algunos puntos de especial tensión, tales como los extremos de los bolsillos o la base de la bragueta.Como Jacob Davis no tenía dinero para patentar la idea, le propuso a Levi hacer negocios juntos.
Levi aceptó y el 20 de mayo de 1873 recibieron la patente #139,121 de la Oficina de patentes y marcas estadounidense y nació el vaquero tal y como lo conocemos.
