En los últimos días comenzó la disputa por la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues al parecer la actual titular del organismo busca ser reelegida incluso cuando ha habido serios cuestionamientos sobre su gestión.
En un proceso polémico figuras como Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México y quien ha sido reconocida por su trayectoria en derechos humanos, fue excluida de esta terna.
Por lo que el proceso de selección ha generado diversas reacciones y dudas sobre los criterios utilizados para definir a la responsable de liderar un organismo tan relevante para la defensa de los derechos humanos en México.
En el 2019, Rosario Piedra asumió el cargo con la promesa de renovar y fortalecer a la comisión, pero su mandato ha estado plagado de controversias que han llevado a cuestionar su cercanía con el ex presidente López Obrador y su lealtad al partido Morena, pues pareciera evitar la autonomía e independencia del organismo.
Se han cuestionado su desempeño, la ausencia de resultados y su perfil académico y profesional, pues cuenta con una Licenciatura en Psicología, pero sin experiencia en cargos de derechos humanos.
Al parecer el proceso de selección está siendo bajo la sombra de la influencia política en el Senado de la República, pues la exclusión de Tania Ramírez sugiere que las preferencias políticas podrían estar influyendo en una decisión que deberías centrarse en la experiencia y la capacidad, la terna también estuvo compuesta por Nashieli Ramírez y Paulina Hernández, quienes también cuentan con perfiles sólidos dentro de la lucha por los derechos humanos y Piedra se ha mantenido en la lista a pesar de su bajo puntaje.
Debido a esto diversas organizaciones de la sociedad civil y defensores de derechos humanos, han reaccionado ante este proceso de selección, por lo que han hecho un llamado a reconsiderar este proceso, pues los activistas temen que bajo un liderazgo que esté alineado con el poder político y el oficialismo la comisión pierda su papel de contrapeso y vigilancia en la defensa de los derechos humanos.