En México, los altares de muertos son una tradición muy arraigada, y cada vez más personas incluyen a sus mascotas fallecidas en estas ofrendas como una forma de honrar su memoria y agradecerles por el amor y compañía que brindaron en vida. Este gesto refleja el profundo vínculo emocional entre los humanos y sus animales, reconociendo que las mascotas forman parte integral de la familia.
Al igual que los altares tradicionales, los altares para mascotas suelen estar decorados con elementos simbólicos como flores de cempasúchil, veladoras, fotografías de la mascota, y algunos de sus juguetes o pertenencias.
También es común colocar alimentos o golosinas que la mascota disfrutaba, como croquetas, huesos o premios. En algunos casos, se incluyen figuras de papel picado o pequeñas calaveritas que representan al animal, adaptando los elementos típicos del Día de Muertos a la memoria de los seres peludos.
¿Cuándo regresan las mascotas?
Este tipo de altar no solo es una manera de recordar a las mascotas con cariño, sino también un acto de amor que ayuda a las personas a sobrellevar el duelo. Se cree que, al igual que las almas de los humanos, el espíritu de las mascotas puede regresar durante el Día de Muertos para visitar a sus dueños y disfrutar de la ofrenda que les han preparado. Otros más aseguran que es el 27 de octubre cuando comienzan a llegar las almas de las mascotas, pues son ellos los que abren el paso a sus seres queridos
En un contexto más amplio, esta práctica refleja cómo las tradiciones mexicanas pueden adaptarse para incluir las diversas formas de afecto y relación que las personas desarrollan con los seres que los acompañan en su vida, independientemente de si son humanos o animales.