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Alcaldesa de París, se sumerge en el río Sena

Los preparativos en la capital francesa para ser los anfitriones de los Juegos Olímpicos siguen avanzando. Desde hace un siglo está prohibido bañarse en el Sena, pero la alcaldesa, Anne Hidalgo se ha sumergido envuelta en un traje de neopreno para demostrar a los fotógrafos y a las cámaras de televisión, que ya se limpió el río.

Como parte del programa que han implementado para llevar a cabo los juegos más ecológicos de la historia se invirtieron 1,400 millones de euros para la operación de limpieza y restauración del río más romántico del mundo.

Otro de los objetivos es proteger una fuente de agua potable para provocar que la vida vuelva a este lugar y que la población de peces prospere.

Cabe señalar que esta inversión provocó el enojo de los ciudadanos parisinos, pues acusaban que hay proyectos sociales más importantes que la ecología de la ciudad, y hasta promovieron una campaña con el #MeCagoEnElSena. Aún no hay pruebas de qué alguien haya acudido a este llamado.

El Sena estaba contaminado de aguas residuales, lo que provocaba la falta de vida marina en el pues estos restos mitigaban el oxígeno en el agua y creaban obstáculos para el tráfico fluvial, de hecho se crearon sedimentos y depósitos procedentes de las alcantarillas que los hasta los  barcos tenían dificultad para pasar.

Las autoridades tuvieron que implementar medidas enérgicas en contra de las casas, flotantes y los apartamentos de fontanería dudosa, para evitar que vertieran las aguas residuales directamente en el río, aparte construyeron un depósito gigante cerca de la estación del metro de Austerlitz que puede contener hasta 20 piscinas, olímpicas de agua sucia.

Éste será un amortiguador y cuando llueva mucho en lugar de que la red alcantarillado se desborde inmediatamente, tenga en donde desbocar el resultado fue que la cuenca mejoró de una manera exponencial la calidad de agua con pequeñas cantidades de lluvia, aunque se sigan monitoreando los niveles de la bacteria e. coli, pero no se no se ha rebasado los límites de seguridad que requieren los Juegos Olímpicos.