El Real Madrid se ha puesto en la ruta de la decimoquinta orejona en Wembley, y es que estuvo al borde de la eliminación. Vinícius sacó la casta y lideró la remontada.
El Madrid que se presentó en esta semifinal fue el que nunca se da por vencido, apoyado por su afición, logró enfrentar todas las dificultades en el camino.
Hubo un momento en el que Bayern estuvo cerca de la revisión de una final alemana, después de 11 años ante el Borussia Dortmund.
El Equipo merengue fue más intenso y determinante que en Múnich y respondió a cada ofensiva que el equipo alemán lanzó bajo la visión de Keane y la velocidad de sus extremos, en el límite, Carvajal logró frenar a Gnabry y Mendy sufrió ante Sané.
Durante todo el partido el Bayern exigió el Real Madrid, sacar la casta y cubrir hasta el más mínimo error, pues se llevó a cabo un encuentro entre gigantes y eso demandaba ser minucioso en cada detalle.
Cada movimiento de Carvajal fue respondido por Ganbry, Kane también hizo lo suyo y respondía de igual forma a Vinícius, nos hizo recordar la felicidad que da ver un partido de esta talla.
Davies también jugó un papel muy importante e hizo una gran mancuerna con Kane. Aunque hay que destacar también que los brasileños del equipo español se hicieron notar pues ocho remates de los nueve que hicieron fueron de su autoría.
Él VAR fue consultado para anular un gol debido a un empujón que Nacho dio a Kimmich antes de desviar un disparo que Fede Valverde hizo y que Laimer lo metiese en su portería.
En ese momento se marcó el todo o nada para los madrileños pero Joselu lo logró, dio la cara por su equipo e hizo explotar la grada del Bernabéu, que resultó en un Bayern noqueado, sin alguna capacidad de respuesta.
Entonces, la cita es en Londres, ante el Dortmund, en una final que seguramente dará mucho de qué hablar, pues es una final inédita.