Una investigación como resultado de más de una decena de entrevistas, que hasta ayer en la noche permanecía secreta que se realizó entre el 2010 y 2011, por parte de la Fiscalía Federal del distrito sur de Nueva York y la agencia antidrogas DEA, señaló con pruebas que el cártel de Sinaloa aportó entre dos y cuatro millones de dólares a la campaña del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando fue candidato por primera vez en el 2006.
El gobierno estadounidense comprobó que el dinero fue entregado por Arturo Beltrán Leyva, a miembros del equipo de campaña de AMLO durante el proceso de 2006, a nombre del cártel de Sinaloa.
Se sabe que estos intercambios no son gratuitos, por lo que la organización criminal pidió contar con protección y tener el derecho a participar en el nombramiento del procurador general de la República, en caso de que López Obrador ganara la elección.
Se dice que en esos años Beltrán Leyva tenía ingresos multimillonarios. Gracias al tráfico de drogas que alcanzaban los 400 millones de dólares mensuales, y en la parte de la cúpula de la llamada Federación, que tenía como socios a Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García.
Al parecer, en el caso del cartel de Sinaloa, el responsable de hacer todas las negociaciones era Edgar Valdés Villarreal alias ‘la Barbie’, así como uno de los principales socios de Arturo Beltrán Leyva. Roberto Acosta Islas, alias ‘el R’ era uno de los lugartenientes de Beltrán Leyva y también fungía como encargado financiero. Roberto López Nájera era el operador de los Beltrán Leyva y responsable del pago de sobornos del cártel a las autoridades mexicanas.
Por parte del equipo de AMLO, había dos personas muy cercanas, quienes eran responsables de recibir el dinero y distribuirlo para los gastos de campaña: Nicolás Mollinedo, mejor conocido como Nico, quien era entonces el inseparable chofer del ex jefe de gobierno y el otro personaje vinculado a Andrés Manuel, encargado de hacer las negociaciones para la entrega del dinero del cártel de Sinaloa, es Mauricio Soto Caballero quien integra el Congreso Nacional del partido en el poder, Morena.
Soto Caballero, ha dado a conocer que trabaja para AMLO desde el 2004 y que ha participado en las operaciones de la campaña presidencial tanto en 2006, 2012 y en el 2018.
Alguien que tampoco se ha quedado fuera dentro de estas interacciones es el empresario dueño de minas de mármol, Francisco León García, quién fue candidato a senador por el PRD en Coahuila en el 2006, aunque no ganó la senaduría en marzo del 2007 desapareció en Saltillo, Coahuila, por lo que su familia tuvo que presentar una denuncia, sin que se hayan logrado avances en su aparición.
Un cuarto personaje involucrado, es el empresario Emilio Dipp Jones, quien realizaba actividades económicas en Coahuila y en Acapulco, Guerrero, ciudad que en ese entonces estaba bajo el control del cartel de los Beltrán Leyva.
Esta investigación fue dada a conocer por una agencia de noticias independientes de Estados Unidos que se llama PRO pública. El reportaje está firmado por el periodista Tim Golden, ganador del premio, quién es dos veces ganador del premio Pulitzer.