Contrario a lo que cualquier pronóstico había apuntado debido al impacto del huracán Otis en el puerto desde el 25 de octubre pasado, Acapulco tuvo para este fin de semana una disponibilidad de 4,500 cuartos de hotel y una ocupación de 71%.
Los turistas llegaron principalmente desde la capital del país y del Estado de México, a través del autopista del sol, y con ellos se reanimó la actividad turística que había sufrido debido al desastre natural.
Al momento se encuentran algunos troncos y palmeras de lo que fueron las palapas y basura frente a la playa del hotel Princess.
Desde el viernes pasado comenzó a notarse la llegada de los turistas sobre la carretera Escénica y la costera Miguel Alemán, que volvieron a llenarse de vehículos con placas capitalinas, del Estado de México y de Morelos.
Otis llegó como un huracán categoría cinco, uno con la historia del puerto más famoso de Guerrero y tuvo vientos sostenidos de 270 km/h y rachas de más de 300.
En Playa Bonfil, el huracán desapareció la franja de arena y hasta derrumbó algunas escaleras, que daban acceso a la misma, por lo que algunos visitantes tuvieron que hacer malabares para descender y poder meterse al mar.