El impacto biológico del solsticio de invierno se relaciona con el efecto que tiene la luz natural en nuestro organismo, con ello llega una reducción de horas en las que nos vemos expuestos a la luz solar que es clave para el funcionamiento de nuestro sistema metabólico, hormonal y del sueño.
Recordemos que la melatonina depende de la luz solar, esta sustancia es nuestra hormona del sueño, por lo que es normal que durante esta época del año queramos irnos a la cama más temprano, ya que el sol se esconde a temprana hora. También es importante conectarlo con la producción de serotonina que en este ciclo también se ve afectada, por lo que es normal que tengamos más antojos y comamos más, ya que esta es la sustancia encargada de regular la sensación de saciedad.
La llegada del invierno también implica un movimiento en la producción de nuestra serotonina, que es uno de los transmisores que están encargados de ayudarnos a regular nuestro estado de ánimo, así como las sociedad al comer por eso es normal que de repente nos sintamos un poco más melancólicos de lo normal.
Durante este periodo, se han liberado olas de energía de transformación para nuestro planeta y con ello tendremos la oportunidad de soltar todo lo que nos separa de comprender la unidad y a la humanidad. Nuestras experiencias y relaciones las viviremos desde la libertad. Buscaremos la libertad para fluir de la mejor manera hacia los lugares donde nos sintamos con alegría y plenitud.
Este día se recomienda hacer unos pequeños rituales para aprovechar la energía del inicio de la nueva estación:
- Cortarse el pelo.
- Limpiar nuestros espacios con salvia y canela.
- Hacer una lista de lo que ella no necesitas y quieres dejar atrás. También hacer otra con intenciones y los aprendizajes que quieres conservar.
- Ordenar tu espacio, porque con ello podemos dejar que entre la Luz a los lugares que tal vez hace mucho no entraba.