Desde hace unos años, cuando se desataron las protestas masivas en Chile, llegaron a la conclusión de que se necesitaba una nueva constitución que supliera a la que estaba vigente durante la dictadura de Pinochet.
Entonces se tuvo que armar un grupo de académicos para crear un nuevo texto, pero ese borrador fue rechazado porque al parecer tenía un tendencia demasiado izquierdista y ayer domingo ya se votó por una nueva propuesta, pero ahora los chilenos también la rechazaron porque la sintieron muy derechista.
El Servicio Electoral de ese país informó que con el 99.65% de las mesas contadas se impuso la opción en contra con un 55.76% de los votos, mientras que a favor obtuvo el 44.24%.
Este proceso marca el cierre de un ciclo de cuatro años, pues desde finales de 2019 iniciaron este camino de cambio constitucional.
Por su parte, el presidente Gabriel Boric ha confirmado esto y reiteró que su gobierno no impulsará tener un tercer proceso que cambie la Carta Magna, pero que sí buscará reformarla en materia de impuestos y al sistema de pensiones, pues el Congreso no ha logrado concretar nada de estos temas.
“La política ha quedado en deuda. Lo que hoy demanda la ciudadanía es mayor capacidad de diálogo, de consenso, pero sobre todo de acción, de resolución, de abandonar las trincheras” declaró Boric.
Mientras tanto la Constitución que fue promulgada en 1980, en la dictadura de Augusto Pinochet sigue vigente, aunque durante el gobierno del presidente socialista Ricardo Lagos en el 2005 fue sometida a una profunda reforma.