Debido a la instalación de una barrera flotante en el Río Grande, también conocido como Bravo, este lunes el Departamento de Justicia interpuso una demanda en contra del gobernador de Texas, Greg Abbott.
El objetivo es que un juez federal en Austin obliga Texas a retirar la fila de enormes boyas anaranjadas que se extiende en unos 305 metros, por lo que el gobierno federal asegura que esto representa problemas ambientales y humanitarios.
Estas boyas están ubicadas entre la ciudades fronterizas de Eagle Pass y Piedras Negras y representan la más reciente escalada en la operación de seguridad fronteriza que emprendió Texas y que incluye un cercado con la alambre de púas, detención de migrantes porque invasión de propiedad privada y el envío de solicitantes de asilo hacia ciudades de otros estados con gobiernos demócratas.
Los opositores han puesto en tela de juicio que estas medidas causen heridas a los migrantes por lo que la misión conocida como Lonestar está una vez más bajo el microscopio.
Por su parte, el republicano Abbott le ha enviado al presidente Joe Biden una carta este lunes por la mañana, en la que defiende el derecho de Texas a instalar una barrera y de hecho acusó al mandatario de poner en riesgo a los migrantes al realizar el viaje hacia su país.
“Texas lo verá en la corte, señor presidente” escribió el gobernador texano.
Los argumentos de Biden para fortalecer esta demanda es que en el primer mes completo desde la entrada de vigor de las nuevas medidas la oficina de aduanas y protección fronteriza de Estados Unidos, redujeron en un 30% respecto al mes anterior y que era el nivel más bajo desde el primer mes de Biden en la presidencia.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha agradecido a su homólogo, ya que la instalación de estas boyas violan tratados y acuerdos internacionales y de esta manera se fomenta el respeto a los territorio mexicano.