Cómo últimamente lo hemos escuchado en diversas campañas de la Secretaría de Salud, esta droga sintética es 100 veces más fuerte que la morfina y 50 veces más que la heroína, se ha fortalecido su oferta ilícita dentro del mercado de opioides.
Entre investigaciones y estudios, se ha detallado que las ciudades fronterizas de nuestro país actúan como puntos de tránsito para el suministro de narcóticos y que la falta de infraestructura para la vigilancia ha desvelado pocos detalles sobre la prevalencia de esta sustancia en México.
El fentanilo se ha convertido en algo habitual dentro del suministro de heroína de Tijuana y al parecer su prevalencia va en aumento, se calcula que en ocho meses que duró la investigación su distribución ha aumentado alrededor de 20%.
El estudio publicado por Journal of Drug Policy ha confirmado que se tiene un aumento considerable en los riesgos que esta sustancia representa para la salud pública y que la ausencia de una respuesta gubernamental ha contribuido a ello.
Si se compara con otros opiáceos no sintéticos, los fentanilos tienen una semivida más corta pero cuentan con mayor potencia, lo que hace que se requieran inyecciones más frecuentes ya que la analgesia y euforia disminuyen, esto solo hace que los síntomas de abstinencia se presenten de manera más rápida.
De acuerdo a la Agencia Antidroga de Estados Unidos, la gran mayoría del suministro de opioides en ese país procede de cárteles mexicanos y su inyección se ha producido exclusivamente a lo ancho de la frontera con México.