Luego de que un terremoto de magnitud 7.8 sacudiera a Turquía y Siria la madrugada del lunes, las autoridades han informado que hay más de 6,300 personas sin vida y otras decenas de miles resultaron heridas.
En ambos países miles de edificios colapsaron y las agencias de ayuda están especialmente preocupadas por el noroeste de Siria, donde por conflictos anteriores, más de cuatro millones de personas ya dependían de la asistencia humanitaria.
Este ha sido uno de los sismos más fuertes ocurridos en la región en más de 100 años y se registró a 23 kilómetros al este de Nurdagi, en la provincia turca de Gaziantep, a una profundidad de 24.1 kilómetros.
La representante de UNICEF en Aleppo, Angela Kearney en entrevista para CNN informó que los hospitales en Siria están absolutamente sobrecargados, con pacientes con traumatismos, huesos rotos y laceraciones y que de hecho algunas personas también acuden a los nosocomios en busca de ayuda para el trauma mental, por el siniestro.
En Turquía hay más de cinco mil edificios derrumbados, de acuerdo a la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias. Al momento hay un total de 60,217 personas que ayudan en las operaciones de rescate en 10 provincias de ese país.