Según el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, esta variante aún no es predominante en el país, pues hasta ahora el 98% de los contagios de COVID-19 son por la variante Omicron y el dos por ciento pertenecen a otras variantes.
Al desglosarlo por subvariantes, el 45% pertenecen a BA.5, el 20% a BW.1, el 7% son de BQ.1, el 5% de BA.4.6., el 1 por ciento son de BA.2.75, mientras que el 20 por ciento son de otras subvariantes de Ómicron y el dos por ciento pertenece a otras.
Al momento esta ha sido identificada en el Estado de México, Nuevo León, Campeche, Tabasco y Yucatán, esta última concentra el mayor número de casos.
La nueva variante de COVID-19 se denomina Perro del Infierno, en referencia al cancerbero de Hades; un monstruo de tres cabezas con la tarea de proteger las puertas del Inframundo griego.
Al momento no hay datos epidemiológicos que sugieren un aumento en la gravedad de la enfermedad.
Cabe destacar que el nombre que está identificándose está su variante no es oficialmente “Perro del Infierno” solo que el pasado 27 de octubre la Organización Mundial de la Salud, explicó que se trata de un sublinaje de BA.5 de Ómicron.