Se trata de una tradición que data de la época prehispánica en la que se piensa en el retorno transitorio de las almas de los difuntos, quienes regresan a casa, para convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares puestos en su honor.
La celebración del día de muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre ya que esta se divide en categorías: el 1 de noviembre corresponde a todos los santos (muertos chiquitos) o niños, y el día 2 de noviembre a los fieles difuntos, es decir, a los adultos
Cada año muchas familias colocan ofrendas y altares decorados con flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo que le gustaba a sus familiares a quien va dedicada la ofrenda.
La celebración es conocida a nivel mundial, se ha popularizado en la última década y se conoce por las catrinas, el papel picado y las diferentes fiestas que se hacen en todo el país.