Se ha llevado a cabo el histórico funeral de Estado de Isabel II, en la Abadía de Westminster. Fue un servicio en el que se rindió homenaje al notable reinado y a la vida de servicio de la reina como jefa de Estado y de la Commonweatlh.
La Familia Real estuvo acompañada de jefes de Estado y de Gobierno, así como miembros de la realeza de todo el mundo. Despidieron con toda la solemnidad a la reina en el mismo lugar en el que fue coronada.
Se calcula que alrededor de dos mil invitados estuvieron presentes en este homenaje, el primero en casi seis décadas, cuando se dio el último adiós al primer ministro británico, Winston Churchill, el 30 de enero de 1965.
Como hemos podido apreciar en los últimos días, el féretro de Isabel II estuvo cubierto con el estandarte real, sobre él fue colocada la Corona Imperial, el orbe y el cetro, así como una corona de flores procedentes del Palacio de Buckingham, Clarence House y Hidhgrove House.
Los miembros de la Familia Real fueron recibidos por el decano de Westminster. El Rey vestía el uniforme de la Royal Navy. Durante toda la ceremonia, la emoción no pudo ser contenida entre los hijos y nietos de Isabel, incluso las lágrimas no pasaron desapercibidas en el rostro de Carlos III.
“Ahora, en silencio, recordamos en nuestros corazones y mentes las muchas razones para dar gracias, oremos por todos los miembros de su familia y encomendemos a la reina Isabel al cuidado de Dios todopoderoso” declaró el decano.
El encargado de realizar el sermón fue el arzobispo de Canterbury, Justin Welby en el que oró y dio gracias por la larga vida y el reinado de Isabel II, recordó con gratitud sus dones de sabiduría, diligencia y servicio.
El arzobispo de York dio gracias a Dios por la lealtad de la reina Isabel a la fe e inquebrantable devoción al Evangelio y por su firme servicio como gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, acto seguido se rezó el Padre Nuestro.
El decano de Westminster bendijo la ceremonia para dar paso a la entonación del himno nacional “God save the king”. El gaitero de la reina, Paul Burns interpretó la canción tradicional, uno de los momentos de mayor solemnidad de toda la ceremonia.
Se hicieron dos minutos de silencio dentro de la Abadía y en todo el Reino Unido, el suborganista interpretó la Fantasía en do menor de Bach, antes del final del servicio.
Se espera que el cortejo del funeral llegue a Windsor para el entierro de la reina, por lo que sus famosos perritos corgy y su yegua favorita llamada Emma ya le esperan.