Como es considerado presunto autor material de los delitos de desaparición forzada de personas, tortura y contra la administración de la justicia en el caso Ayotzinapa, el juez de Control del Reclusorio Norte, Marco Antonio Fuerte Tapia, vinculó a proceso al extitular de la que fue la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam y ratificó la prisión preventiva justificada en el Reclusorio Norte por riesgo de fuga.
Durante la audiencia que tuvo una duración de 12 horas, se escucharon los argumentos de la Fiscalía General de la República y de la defensa, el juzgador consideró que las pruebas presentadas por la dependencia, son suficientes para determinar que Murillo Karam fue responsable directo de la investigación por la desaparición de los 43 normalistas, junto al ex director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, prófugo de la justicia.
Afirman que el ex funcionario federal tuvo conocimiento de los actos de tortura contra cuatro detenidos de Guerreros Unidos: Darío Morales Sánchez, Jonathan Osorio Gómez, Patricio Reyes Landa y Agustín García Reyes, sin que se hiciera algo para frenar estos actos.
Aparte de lo anterior, permitió la encarcelación de Agustín García Reyes por parte de Tomás Zerón, para realizar una diligencia ilegal en el río San Juan, en la que supuestamente se sembraron los restos óseos.
La defensa del exprocurador anunció que impugnará la vinculación a proceso, e insinuó que interpondrá una queja ante el juez de Control por su actuación al considerarla parcial en beneficio de la FGR.
Por lo pronto, la FGR tiene un plazo de tres meses para el cierre de la investigación complementaria, en la que recabará entrevistas de quienes estuvieron en el basurero de Cocula y revisará bitácoras de los vuelos que realizó Murillo Karam a ese lugar.
Murillo Karam, reiteró que desde hace siete u ocho años han buscado alternativas, han inventado muchas y todas se han caído en torno a lo que ocurrió el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Mencionó que él mismo pidió la participación del Equipo Argentino de Antropología Forense que participó en toda la averiguación y escogió el lugar de análisis de los restos óseos localizados en el río San Juan y en el basurero de Cocula.