Este fin de semana, Estados Unidos terminó con la vida del líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, quien desde el asesinato de Osama Bin Laden en 2011 se encontraba al frente de la organización.
Todo sucedió en una operación antiterrorista que se realizó a través de un dron en Kabul, Afganistán.
Durante una comparecencia televisada desde el balcón de la Sala Azul, de la Casa Blanca, en la última hora del lunes, el presidente de Estados Unidos informó que con la muerte de Al Zawahiri se hizo justicia y que el mundo ya no debe temer a este “asesino despiadado”.
Biden se dirigió a quienes quieren dañar a su nación y aseguró que el país permanecerá en alerta y preparado para actual cuando se trate de defender la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.
La mañana de este domingo en una residencia en Kabul, fue asesinado Al Zawahiri, a las 6:18 hora local, en el momento en el que se encontraba en el balcón de la residencia donde se estaba quedando, cuando un dron le disparó dos misiles Hellfire.
La Casa Blanca ha informado que solo el líder de Al Qaeda murió en la operación y que la misma no tuvo daños colaterales, ni siquiera la familia del acaecido que se alojaba en el mismo lugar, que era una de las preocupaciones de Joe Biden.
Desde el lunes 25 de julio, el ataque fue autorizado luego de varias semanas de reuniones de la cúpula militar y de inteligencia. Ya que esta última llevaba meses confirmando por múltiples fuentes y distintos métodos que efectivamente era Ayman al Zawahiri, quien residía en esa casa, de la que solo salía al balcón.
Zawahiri de nacionalidad egipcia constituía una amenaza para los ciudadanos, intereses y seguridad nacional de Estados Unidos ya que se convirtió en uno de los terroristas más buscados del mundo, como líder de Al Qaeda, tras la muerte de Bin Laden.