Cáncer es un signo del elemento agua, por lo que se le atribuyen cualidades como imaginación, sensibilidad, intuición, contención y protección.
El agua irriga con su fertilidad, las bondades de la tierra que todo nos da y todo transmuta para nosotros. El agua es pasiva con respecto al fuego y podemos contemplarla para relajarnos en el mar, en los lagos y en los ríos,
La imaginación y la creación señalan al signo de Cáncer como una potencia generativa o núcleo de las grandes posibilidades. El regente de este signo es la Luna, el planeta que reina en la noche, el que nos ilumina a través del Sol, en símbolo de nuestra madre.
Su influencia se extiende a la maternidad, a la gestación, al parto, al amor maternal, a la familia, las mujeres, la casa, la patria, las aguas, los ríos, la emotividad, el hogar, la familia y todo lo que tiene que ver con la alimentación.
Las partes del cuerpo que son regidas por este signo y la Luna son el pecho, los senos, el estómago y los procesos digestivos. Así que si decidimos hacer ejercicio para fortalecer esta zona, tendrá un efecto doblemente benéfico, preventivo y curativo.
Energéticamente esta luna se siente un poco pesada ya que al ser en Cáncer se trata de que fluyan las emociones, entonces si nos sentimos sensibles y un poco llorosos es normal.
Es momento de replantearse las relaciones familiares y evaluar si nos traen placer o no. Agradezcamos los ciclos que se cierran, abraza lo que sientes y lo que eres, date ese permiso de sentir y recuerda que nada es personal, así que no te tomes las cosas a pecho.