Este lunes, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa de reforma a la ley minera que envió el presidente López Obrador, con lo que pretende reservar para el Estado la explotación de litio y otros minerales estratégicos para la transición energética de México, a través de la creación de un órgano federal descentralizado.
Esta iniciativa es el blindaje del que habló en caso de que el Congreso rechazara la reforma energética. El objetivo es garantizar la autodeterminación de la nación sobre el litio y demás minerales que resulten estratégicos para la transición energética.
“La exploración, explotación y el aprovechamiento del litio quedan exclusivamente a cargo del Estado y se llevará a cabo por el organismo público, descentralizado que determine el Ejecutivo Federal en términos de las disposiciones aplicables. El cumplimiento de la legislación y tratados internacionales en materia de protección al medio ambiente y derechos de los pueblos originarios será escrupuloso por parte de dicho organismo público” señala la iniciativa.
Aún no se menciona cuál será el organismo público que tenga a su cargo la administración y la explotación del mineral.
Para el mandatario, el litio es un recurso de la nación que es estratégico, como el petróleo. De acuerdo con la iniciativa enviada por la presidencia, de ser aprobada se reconocería que el litio es patrimonio de la nación y su exploración, explotación y aprovechamiento se reserva para beneficio exclusivo del pueblo de México.
¿En qué consiste esta nueva ley?
Prohibirá otorgar concesiones, licencias, contratos, permisos, asignaciones o autorizaciones en materia de litio, se llevará a cabo la creación de un organismo público descentralizado que se haga cargo de la exploración, explotación y aprovechamiento del metal, así como de su administración y control de las cadenas de valor económico.
Entre sus características, con el litio se reduce el consumo de energía y aumenta la eficiencia de la corriente eléctrica. Con lo que se facilita dejar atrás el carbón. Permite disminuir los consumos de ánodos de carbón, criolita y reduce entre 20 y 30 por ciento la emisión de flúor al ambiente, con lo que los niveles de contaminación disminuirían.