Luego de que un juez en Yucatán frenó las obras del tramo 5 del Tren Maya, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no ha sido notificado oficialmente y acusa que hay una campaña en contra del proyecto financiada por organismos internacionales y empresarios que utilizan a personas que se dicen ambientalistas.
Desde Palacio Nacional, el mandatario aseguró que el trazo del Tren Maya respeta ríos subterráneos y que los campesinos, ejidatarios y propietarios de las tierras dieron su autorización. Pero que esto es un asunto de tipo político.
López Obrador se dice desconfiado de que lleguen los ambientalistas a la zona afectada por esta construcción y que seguramente el gobierno de Estados Unidos financía a grupos que actúan en su contra, como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Durante su mañanera, el titular del Ejecutivo afirmó que estamos viviendo un momento importante, a nivel social porque está saliendo a flote el racismo, el clasismo, la discriminación.
Todo esto porque el juzgado primero del Distrito de Yucatán otorgó una suspensión provisional de la construcción del tramo cinco del Tren Maya, que atraviesa de Playa del Carmen a Tulum, Quintana Roo, porque no cuenta con una autorización en materia de impacto ambiental.
Un grupo de buzos presentó una demanda de amparo, para evitar daños irreversibles al ecosistema de la zona. Recordemos que el proyecto ha generado muchísimas críticas por la deforestación de las selvas, en los tramos donde se mantienen los trabajos de construcción.
Diversas organizaciones han denunciado la falta de estudios de impacto ambiental, más la consecuencias fatales para el hábitat de miles de especies que son originarias de la región, sin olvidar la muerte de los jaguares que se han visto desorientados por el ruido de la maquinaria de construcción.