Como parte de una protesta por la deforestación que se vive en Quintana Roo, debido a la construcción del Tren Maya, defensores ambientalistas de la organización Greenpeace clausuraron las obras del tramo 5 de esta obra que corre de Cancún a Tulum.
Fueron ocho activistas que inmovilizaron la maquinaria que es utilizada en este proyecto a la par que colocaron mantas con el mensaje “Protejamos la selva maya” en diversos puntos de la obra, que acusan, han impactado al menos 30 kilómetros de selva.
La directora de Campañas de Greenpeace México, Aleira Lara, llamó al presidente López Obrador a suspender inmediatamente las operaciones en el tramo 5 que pretende abarcar 121 kilómetros de doble vía, con cinco estaciones y tres paraderos. Irá del aeropuerto de Cancún hasta el libramiento a Tulum.
“Nos preocupa que no exista una Manifestación de Impacto Ambiental, lo cual, además de incurrir en un acto ilegal, está dando paso a daños irreversibles en el ecosistema. Esta ruta, tal como está planteada, fragmentará, deforestará, contaminará y pondrá en riesgo aún más la selva, a los ríos y a las comunidades” informó.
Para la activista, los proyectos de infraestructura, desarrollo económico y turísticos no deben derivar en la destrucción de la naturaleza ni de la violación a los derechos humanos.
Desde el año pasado, la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíinbal, presentó un amparo por lo que consideró como violaciones por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Fonatur al derecho al medio ambiente sano e información y participación sobre las implicaciones territoriales que tendría la construcción del Tren Maya en sus comunidades.
Por su parte, López Obrador aclaró que hasta el momento no existen problemas legales para la construcción de los primeros tres tramos de la obra, que van de Palenque a Mérida, en Yucatán y hasta Cancún, en Quintana Roo.
Greenpeace alertó que la construcción de infraestructura ferroviara encima de terreno kárstico, poroso y de poco espesor es altamente riesgosa y puede derivar en inminentes colapsos además de generar la contaminación irremediable y de este acuífero debido a la perforación para la instalación de pilotes y otras estructuras.
El tramo 5 sobre varios sistemas de cuevas y ríos subterráneos, entre los cuales se encuentra el sistema Dos Ojos-Sac Actun, que es un sistema complejo que pudiera llegar a tener hasta mil kilómetros y que aloja restos humanos, faunísticos y cerca de 200 sitios arqueológicos.
“Esta intervención generará un desequilibrio ecológico irreversible que pone en peligro a especies que en ellas habitan, entre las que destacan dos especies de peces ciegos que se encuentran en peligro de extinción de acuerdo a la NOM- 059” alertó.
También, advirtieron sobre los impactos negativos en la flora y fauna que habita la selva y que alberga a 114 especies de mamíferos terrestres, algunas con categoría de riesgo, incluídas en la misma norma, entre ellas el jaguar y que dependen directamente de las cuevas y cenotes para su refugio y abastecimiento.
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Por último, Greenpeace y otras organizaciones han sostenido que existen alternativas de movilidad que pueden generar desarrollo sin la necesidad de destruir el hábitat de las especies nativas y que podría implementarse un tren ligero en las vías que ya existen.