La sonda espacial Parker Solar Probe (PSP), de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos, alcanzó una región inexplorada del sistema solar: la corona o atmósfera exterior del sol. El hito ocurrió el 28 de abril de 2021.
“Finalmente llegamos allí”, dijo Nicola Fox, directora de la división de heliofísica de la NASA, quien explicó que la nave toleró con éxito duras condiciones con la ayuda de un escudo térmico de última generación que puede soportar hasta 1.377 grados Celsius, paneles solares refrigerados por agua y una guía de alta precisión
La nave espacial seguirá acercándose en espiral, hasta alcanzar la meta de una distancia de 8,86 radios solares (6,1 millones de kilómetros) del corazón de la estrella. En esta ocasión, a una velocidad de 100 km por segundo, Parker se acercó a 13 millones de kilómetros del centro, y en su próximo sobrevuelo, en enero de 2022, deberá sumergirse nuevamente en la corona, detalló Fox.
A diferencia de la Tierra, el Sol no tiene una superficie sólida; por lo que la sonda solar pudo entrar en el halo que lo rodea y que se puede ver durante un eclipse solar total. “Al volar en este anillo, la máquina pudo detectar las condiciones magnéticas en la capa de la atmósfera solar”, dijo Nour Raouafi del Laboratorio de Física Aplicada John Hopkins.
La atmósfera sobrecalentada, formada por material solar, está ligada al Sol por la gravedad y las fuerzas electromagnéticas. “Llevamos varias décadas observando el Sol y su corona y aunque sabemos en teoría cómo funciona el plasma del viento solar, no podemos decir con precisión qué representa esto”, admitió Raouafi.
Parker permitirá estudiar estos vientos solares. “Esperamos aprender más sobre cómo viajan la energía y el calor en la atmósfera solar donde el viento se acelera de subsónica a supersónica.Una mejor comprensión de este proceso puede revelar pistas sobre cómo se desarrolla la vida en la Tierra y cómo se forman otras estrellas alrededor del universo, concluyó el científico.
Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, concluyó que “este logro no solo nos proporciona un conocimiento más profundo sobre la evolución de nuestro Sol y sus efectos en nuestro sistema solar, sino que al mismo tiempo nuestra estrella nos enseñará aún más sobre las estrellas en el resto del universo”.