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Muere Carmen Salinas a la edad de 82 años

El mundo del espectáculo se encuentra de luto, al recibir la noticia del fallecimiento de Carmen Salinas, quien fue ampliamente reconocida en todo México por su trayectoria, la cual, destacó al ser una de las más emblemáticas conocido cine de ficheras.

A través de redes sociales, la familia de Carmelita Salinas dio a conocer la triste noticia con un comunicado donde explicaban que la actriz había muerto a la edad de 82 años luego de haber sufrido una hemorragia cerebral hace unos días, la cual, la tenia en un coma natural que le impedía despertar.

“…Con profundo dolor, hacemos de su conocimiento que la primera actriz Carmen Salinas, ha fallecido hoy 9 de diciembre del 2021. Se les informará más adelante detalles sobre los servicios funerarios…” escribió la familia.

A lo largo de la publicación, sus familiares destacan los mensajes de amor, cariño y preocupación del público emitidos desde el día uno en que estuvo hospitalizada; así mismo, sin dar muchos detalles aseguraron conforme pasaran las horas, darían más información sobre los servicios fúnebres.

Dan el último adiós a Carmelita Salinas

De acuerdo con su hija María Eugenia Plascencia, alrededor de las 03:00 horas de la madrugada, los restos de Carmelita fueron trasladados de la institución médica donde se encontraba para ser llevados a la funeraria; Ahí, será velada y todos sus seres queridos podrán acudir a darle el último adiós.

Los restos de la actriz serán cremados este sábado 11 de diciembre y posteriormente descansarán a lado de su hijo Pedro Plascencia en el reconocido Panteón Dolores. La noticia de su muerte, tomó por sorpresa a María Eugenia, pues a las 11 de la noche, subió a verla porque le informaron que se le había bajado la presión; al entrar en su cuarto describe que su semblante era diferente y habló unos instantes con Carmelita para decirle que dejará de sufrir y se fuera tranquila.

“…Fui antes a verla porque me llamó mi sobrina Carmen, que fuera a verla, porque le había bajado la presión, fui a verla y sí se veía muy mal. Le empecé a decir que no se preocupara que íbamos a estar bien que sí quería descansar que lo hiciera… Teníamos muchas esperanzas de que abriera los ojos…”