La actualización de la Casa Real británica acerca de la línea de sucesión al trono, tardó varios meses en hacer oficial el nombramiento de Lilibet Diana desatando diversas especulaciones en donde se decía que la monarquía no tenía la intención de añadirla debido a las diferencias que existían con el Príncipe Harry y Meghan Markle.
Afortunadamente, todo quedó en rumores e hicieron oficial el ajuste al colocarla en el octavo lugar detrás de su hermano Archie de 2 años. En ese momento, la mayoría de las personas olvidó el tema y dieron por sentado que entre los Duques de Sussex y la Familia Real habían resuelto los problemas; sin embargo, a cuatros meses de su nacimiento volvió a salir la conversación al ver que su bautizo podría no realizarse en Inglaterra.
En un principio el reportero experto en la realeza Richard Eden aseguraban que Harry y Meghan tenían la intención de realizar el bautizo de su hija en Windsor, pero en estos días contradijo su versión al comentar que en realidad los padres de Lilibet planean tener una ceremonia privada en California sin la atención de los medios como se hizo con su primogénito.
Según el Daily Express¸ si los Duques deciden hacer la ceremonia religiosa en Estados Unidos la pequeña Lilibet Diana no sería considerada miembro de la Iglesia en Inglaterra, es decir, su lugar en la línea de sucesión se vería en problemas. Pese a no necesitar estar bautizado para ser considerado sucesor existe una excepción donde se estipula que los miembros de la Familia Real no deben ser bautizados en una iglesia católica.
Antes de convertirse en la Duquesa de Sussex, Meghan Markle tuvo que bautizarse y confirmarse ante la Iglesia de Inglaterra para concluir su matrimonio en 2018 con el hijo de la fallecida Princesa Diana.
La única opción de Harry y Markle es bautizarla en la Iglesia Episcopal que pertenece a la Comunión Anglicana de todo el mundo, haciéndola compatible con las reglas establecidas por la institución en Inglaterra. Recordemos que, en su casamiento, el obispo Michael Curry de dicha iglesia causó una gran sensación al ofrecerles un discurso de 14 minutos en la St. George de Windsor.