Gloria Trevi y su esposo Armando Gómez Martínez se suman a la lista de los artistas que han tenido problemas con la justicia por evadir impuestos, así lo dio a conocer la Unidad de Inteligencia Financiera (UFI) quienes acusaron al matrimonio por evasión fiscal y por delitos de lavado de dinero.
De acuerdo con los primeros datos, la UFI presentó el pasado 8 de septiembre una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR)contra la cantante y su marido al presuntamente haber evadido la suma de 400 millones de pesos, así como, de realizar operaciones con recursos ilícitos.
La denuncia a cargo de Santiago Nieto indica en los documentos que, Gómez Martínez lidera una red de lavado de dinero, el cual está vinculado a seis personas entre ellas se encuentra la intérprete de “Todos me miran” y al menos 8 empresas, una de estas llamada Great Talent LLC, ubicada en Texas, Estados Unidos, que supuestamente ha recibido de 5 a 7 millones de pesos dentro de los últimos meses, que hasta el momento no han sido reportados.
Según la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera, la propiedad de las empresas es de ambos y han servido para evadir impuestos dentro del territorio mexicano. Por su parte, La Jornada informó que en el portal de Internet Open Corporates, donde se puede consultar datos sobre compañías en todo el mundo, se explica que, de mayo a junio del 2020, la empresa Great Talent LLC hizo un cambio de director, dejando a Gloria Trevi en el cargo de su esposo.
No es la primera vez que Armando Gómez enfrenta cargos de evasión fiscal, en 1999 fue detenido en EE.UU al intentar ingresar a México son antes haber declarado la cantidad de 410 millones de dólares en efectivo, hasta 2005 se declaró culpable y pasó cerca de 4 meses en una prisión de Texas.
Mientras tanto, Gloria estuvo involucrada en una red de corrupción con Sergio Andrade por lo que, la procuraduría de Chihuahua solicitó una orden de aprehensión en su contra, pero en ese momento se encontraba prófuga de la justicia y tras varios meses de búsqueda fue localizada en Brasil. Luego de tres años en prisión, la extraditaron a México, y posteriormente un juez indicó que no existían pruebas suficientes en su contra, y fue absuelta de todos los cargos.