Con armas de alto calibre, vehículos todoterreno mejor conocidos como Humvees, así como algunos helicópteros, fue el arsenal que el ejército de Estados Unidos dejó en Afganistán y que los talibanes decidieron hacer suyos y estrenarlos en un desfile en Kandahar, que es considerada la cuna del islamismo y la segunda ciudad de Afganistán.
La celebración se realizó entre disparos en la ciudad, cuando los talibanes aplaudieron la salida de tropas de Estados Unidos, con lo que se marcó el final de la guerra de 20 años que mató a dos mil quinientos militares extranjeros, 240 mil afganos y que tuvo un costo de alrededor de dos billones de dólares.
Con la llegada del régimen talibán, más de 123 mil personas fueron evacuadas de Kabul, a través de un puente aéreo masivo y caótico por parte de Estados Unidos y aliados en estas últimas dos semanas, debido al temor de posibles represalias. Esa salida es uno de varios motivos para el desfile realizado en Kandahar.
Por su parte, Estados Unidos ha estimado que entre 100 y 200 de sus ciudadanos siguen en Afganistán, el Reino Unido no ha informado sobre una cifra exacta y prevé que aún haya pocos británicos.
Este martes, los fieles talibanes islamistas inauguraron el desfile en las calles de Kandahar, con un concierto de bocinas de auto y de gritos de “Allah Akbar” como parte de la celebración debido a la partida de los últimos militares estadounidenses de Afganistán.