Hace más de 50 años, Japón se convirtió en el pionero de la construcción de trenes a gran velocidad, al mostrar al mundo el primer ferrocarril capaz de alcanzar una velocidad de 210 kilómetros por hora, el cual, revolucionaria la industria ferrocarrilera en todo el mundo.
En 1872, las primeras líneas ferroviarias a vapor comenzaban a circular en Japón, sin embargo, estaban muy lejos de convertirse en unas precursoras del mundo ferroviario, esto, porque los trenes tenían una velocidad muy limitante y la idea de tener trenes de gran velocidad no estaba aún en los planes de los japoneses.
Todo cambio en la época de 1939 cuando el Ministro del Ferrocarril planeó la creación de una nueva vía ferroviaria entre la ciudad de Tokio y Shimonoseki¸ donde los trenes podrían alcanzar una velocidad de 160 km/h y conectaría a las ciudades en un lapso de solo 9 horas; no obstante, el estallido de la Segunda Guerra Mundial terminó con los sueños de tener un tren completamente innovador.
Dos años más tarde, en plena guerra mundial, Japón decide no darse por vencido en sus planes de modernizar la industria ferroviaria, y toma la decisión de iniciar con los trabajos de construcción para el primer Tren Bala, pero al poco tiempo frenaron por el recrudecimiento de la guerra.
El proyecto quedó abandonado por muchos años, pero en 1950 se retomaron las pláticas gracias al presidente Nacional de Ferrocarriles, Shinji Sogō, quien insistió en retomar la idea de crear un tren de alta velocidad y de ahí nace el Shinkansen, una red ferroviaria japonesa destacada a nivel mundial por la velocidad de sus trenes.
Shinkansen: Un éxito mundial
El fuerte trabajo de Japón para demostrar al mundo su innovación tecnológica, se dio el 1 de octubre de 1964, cuando el emperador Hirohito inauguró el proyecto del Shinkansen a solo unos días de convertirse en la sede anfitriona de los Juegos Olímpicos.
Con la atención de los medios internacionales para cubrir las Olimpiadas, el Tren Bala adquirió una gran popularidad, por su velocidad de 210 km/h y su capacidad de conectar las ciudades de Tokio y Osaka con más de 500 kilómetros de distancia en tan solo 4 horas, un tiempo récord para esa época, en cambio, ese recorrido actualmente se realiza en 2 horas y media.
Su éxito se llevó a muchas partes de Europa, los cuales, retomaron la tecnología japonesa para crear sus propios modelos de Tren Bala, pero el Shinkansen se sigue destacando de los demás, por ser el tren de gran velocidad más seguro del mundo, su único registró de descarrilamiento fue en 2004 tras un terremoto; aunque nadie resultó herido, este incidente sirvió para implementar nueva tecnología en los trenes.
Entre las mejoras se destacan: la detección de terremotos en tierra, eliminación del ruido en túneles, eliminación de vibración, comando de frenado, dispositivo anti descarrilamiento, etc. Otro dato importante sobre el Tren Bala o Shinkansen es su gran puntualidad, es decir, pocas veces tiene retrasos en su llegada a las estaciones, porque, su tecnología permite que el conductor pueda recuperar los minutos perdidos en cuestión de segundos.
Ser nuevamente sede de los Olímpicos, no podía quedar solo en mejorar la sustentabilidad de los juegos, también sirvió como una herramienta para seguir batiendo récords en la velocidad de sus trenes, pues desde 2019, Japón trabajo en la innovación de un nuevo ferrocarril llamado N700S, un tren bala que pude recorrer la espectacular cantidad de 360 km/h.