En los últimos días, se ha desprendido un nuevo pulso de polvo desde la región del Sahel, en el desierto del Sahara. Un fenómeno muy común durante julio y agosto, de acuerdo a información de Conagua, debido a la menor presencia de lluvias, lo cual se combina con vientos intensos en la región, generando desprendimientos de aire cálido, seco y saturado de aerosoles y polvo.
El Servicio Meteorológico Nacional auguró que la nube de polvo del Sahara continuaría su recorrido y alcance la Península de Yucatán, con concentraciones de aerosoles de bajas a moderadas sobre Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Después se desplazará sobre aguas del Golfo de México, por lo que se tiene contemplado que pase por las zonas costeras de los estados de Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, con concentraciones bajas de aerosoles. La nube de polvo alcanzará los estados del suroeste de Estados Unidos, por lo que comenzará a disiparse en nuestro país a partir del domingo 25 de julio.
Uno de los efectos esperados es que la nube de polvo deje aire seco y cálido que reducirá la probabilidad de lluvia en la Península de Yucatán, presencia de tormentas y disminución de la actividad ciclónica en la zona del Caribe. Así como los atardeceres y amaneceres en los que los tonos anaranjados o rojizos sean protagonistas, debido a su interacción de los rayos solares con las partículas de polvo.