Enfrentamientos entre israelíes y palestinos en los últimos días han dejado al menos 53 personas muertas en la Franja de Gaza. Además de inmuebles destruidos, unos de los ataques israelíes derribó un edificio de 13 pisos en Gaza, el cual fue evacuado con una hora y media de anticipación.
Entre las personas fallecidas por los bombardeos, 14 de ellas eran menores de edad; además, hay 300 heridos, incluidos 86 niños víctimas de los ataques de cohetes en la madrugada de este miércoles, informó el Ministerio de Salud de Palestina.
El Movimiento Hamás informó haber lanzado alrededor de 130 cohetes, además de los 400 disparados desde el lunes para atacar la ciudad israelí Tel Aviv. Mientras que en la ciudad Lod, el gobierno decretó el estado de emergencia ante los disturbios derivados en las manifestaciones al quedar carros y neumáticos.
Al respecto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que “Hamas pagará un precio muy alto por su agresión” e hizo un llamado al ejército israelí a “hacer pagar el precio de su sangre” al líder de Hamás, Ismail Haniya. Hasta ahora, el ejército informó este miércoles la muerte de “varios líderes militares de Hamás” en Gaza.
“La ocupación provocó este incendio en Jerusalén y es responsable de cualquier bombardeo que tenga lugar”, declaró Ismail Haniya. “Si la ocupación quiere escalar, entonces la resistencia está lista, y si quiere detenerse, la resistencia también está lista”, sentenció el líder del movimiento terrorista.
Mientras tanto la Organización de las Naciones Unidas, Egipto, Qatar y Estados Unidos han hecho un llamado a llegar a una tregua israelíes y palestinos. El secretario de Estado unidense, Antony Blinken hizo un llamado al Movimiento Hamás a poner fin a los ataques inmediatamente. “Todas las partes deben reducir la escalada”, agregó.
Los enfrentamientos fueron incrementando al paso de los días hasta llegar al bombardeo hacia Tel Aviv, luego de los choques entre judíos y musulmanes en la Gran Mezquita de Jerusalén.
Las intenciones del gobierno israelí para el desalojo de algunas familias de sus hogares en Sheij Jarrah en Jerusalén originó las protestas en las mezquitas.