El jurado calificó a la obra de Fernando Romero y Norman Foster como una membrana continua, casi aerodinámica que permite que cada visitante fluya de manera rápida y eficiente”.
El proyecto compitió con más de mil 400 registros, de más de 50 países. Estos reconocimientos califican la excelencia en innovación, arquitectura y diseño. Las categorías abarcan arquitectura, paisajismo, diseño urbano, diseño de productos y diseño de interiores.
En 2014, el gobierno de Enrique Peña Nieto lanzó un concurso internacional para quienes estuvieran interesados en participar en el desarrollo de lo que pretendía ser la infraestructura más grande de América Latina, que revolucionara la experiencia de viajar, con la creación de un edificio que se convertiría en un ícono en México.
FR-EE, compañía de orígen mexicano y estadounidense, en equipo con la empresa británica Foster + Partners, fueron las encargadas del diseño del aeropuerto, Netherlands Airport Consultants BV, que es la empresa principal planificadora de aeropuertos en el mundo, con la experiencia de más de 500 proyectos internacionales también participó en la planeación.
Ante la cancelación de la obra como parte de la 4T, el gobierno de López Obrador decidió modernizar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y habilitar el Aeropuerto Felipe Ángeles, en la base militar de Santa Lucía.