Las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre, en la que también cuatro estados celebraron consultas para legalizar la mariguana recreativa, ayudaron a demostrar cuán ampliamente aceptado se ha vuelto el cannabis en todo el país norteamericano.
Suman ya 15 estados de Estados Unidos que han aprobado leyes sobre mariguana recreativa, mientras que un total de 36 estados tienen leyes sobre mariguana medicinal.
Las medidas fueron aprobadas en esta elección por márgenes que demostraron que no son solo los votantes de tendencia liberal los que ahora abrazan la despenalización del cannabis.
En Dakota del Sur y Montana, donde los republicanos lograron la victoria en las carreras clave, las medidas de mariguana recreativa se aprobaron con aproximadamente un 16% más de votos que los que recibió el presidente electo Joe Biden.
Una encuesta reciente de Gallup encontró que el 68 por ciento de los estadunidenses están a favor de legalizar el uso de la mariguana, el doble de la tasa de aprobación en 2003.
Los partidarios argumentan que la industria crea empleos y recauda dinero de los impuestos para ayudar a apuntalar a los gobiernos que están sufriendo debido al cierre de negocios causado por la pandemia de covid-19.
Aún así, hay grupos que se oponen a la legalización de la mariguana a gran escala.
La gobernadora republicana Kristi Noem, de Dakota del Sur, argumentó que la mariguana lleva a las personas a consumir otras drogas más adictivas, mientras que los agentes de la ley en Montana alegaron que conduciría a más delitos y exacerbaría los problemas de salud mental.